Traté de Ponerme en el Lugar de Cada Alumn@

Durante el inicio del año académico 2020 (que coincidió con la suspensión de las actividades presenciales por las precauciones a raíz de la pandemia) creé mi aula virtual gracias a las capacitaciones propuestas por la UDC en el año 2017. Enseguida comencé el dictado de la asignatura a través de la plataforma Classroom, invitando a mis alummn@s a participar de la virtualidad. Tod@s pensamos o supusimos que era una instancia momentánea, pero la realidad fue que esta modalidad se extendió hasta el presente.

Considero que enfrentarnos a situaciones tan imprevistas como la que estamos viviendo saca lo mejor de cada un@ de nosotros desde el rol que ocupamos, siempre tratando de seguir adelante, adaptándonos. Desde mi experiencia (desde ya positiva) traté de ponerme en el lugar de cada alumn@, en cada lugar de residencia, en particular de quienes viven en el interior de la provincia. Modifiqué la estructura convencional del programa de la materia a fin de que los mismos contenidos se visualicen o lleguen a ellos de una manera fluida, didáctica. No sólo fue un desafío el dictado de las clases, sino también la forma de evaluar y continuar con los exámenes finales de quienes ya habían cursado la materia. En particular quiero destacar la calidez y respeto de l@s alumn@s que aún lejos de la ciudad se comunicaban conmigo a fin de solicitar consultas: lograron seguir adelante a pesar de las dificultades económicas o de conectividad, a pesar de la incertidumbre general, y avanzaron en su carrera.

Siempre decimos “quien quiere, puede”, aunque a veces el “ puede” depende de factores ajenos a nuestra voluntad. Por esta razón valoro desde mi rol docente la dedicación de cada estudiante. Fue prioritario el objetivo de optimizar el tiempo de l@s alum@s y también mi tiempo. Nos propusimos (entre l@s docentes que dictamos asignaturas del mismo año) englobar temas desde la óptica de cada una a fin de unificar conceptos y que puedan ser asimilados por l@s estudiantes en forma integral. Planificamos otra metodología – como el aprendizaje basado en problemas (ABP) – con el soporte de la coordinadora de la carrera, quien nos guió. Esta situación de desorden inicial que nos atravesó nos permitió innovar en otra vía de comunicación entre nosotr@s y trasladarla a l@s alumn@s. En cuanto a la presentación de las clases, se organizaron en un documento colaborativo y trabajamos con enlaces que nos permitieron compartir bibliografía, videos, imágenes.

Agradezco el apoyo desde el área pedagógica en la conformación del contrato pedagógico y de entornos virtuales, ya que me permitió transitar el cambio en forma gradual y ordenada.

Roxana Gaitán
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